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“El abrir camino también tiene sus pesares”, afirma Graciela Rebollo, seleccionadora de Uruguay,
un día después de la eliminación de las charrúas de la Copa Mundial
Femenina Sub-17 de la FIFA Azerbaiyán 2012. Y la frase resume a la
perfección lo vivido hasta ahora por su joven plantel. Con su
clasificación para el torneo, el equipo se convirtió en la primera
selección femenina de Uruguay
que asistía a una Copa Mundial de la FIFA.
Pero la falta de experiencia
ha lastrado a este grupo de pioneras, que después de perder ante la
República de China (0-4) y Ghana (0-5), dijo adiós a sus opciones y
regresará a casa tras medirse a Alemania en la jornada que cierra el
Grupo D.
Asumido ya el pronto final de esta aventura, y en vísperas de medirse a la Mannschaft, la seleccionadora y dos de sus jóvenes pupilas, la delantera Yamila Badell, de 16 años, y la defensa y capitana del equipo, Nicole Arámbulo, de 17, hacen balance con FIFA.com de su paso por Azerbaiyán 2012 y analizan la repercusión que ha tenido en Uruguay
su participación en el torneo. Pese al duro golpe que supuso la
eliminación, toca levantarse y mirar hacia adelante con optimismo.
Experiencia para el futuro
El concurso de la celestita, como se la conoce en Uruguay, en Azerbaiyán 2012 ha tenido gran repercusión en el país, donde los partidos han sido seguidos en directo por mucha gente. “Para el Uruguay es grandioso –asegura Yamila con emoción-, y nosotras mismas estamos asombradas, porque la gente te dice que nos vio en la tele, que lo dejamos todo en la cancha… Incluso personas que no tienen ni idea de fútbol se han parado estos días ante un televisor para vernos. Es impresionante”.
El concurso de la celestita, como se la conoce en Uruguay, en Azerbaiyán 2012 ha tenido gran repercusión en el país, donde los partidos han sido seguidos en directo por mucha gente. “Para el Uruguay es grandioso –asegura Yamila con emoción-, y nosotras mismas estamos asombradas, porque la gente te dice que nos vio en la tele, que lo dejamos todo en la cancha… Incluso personas que no tienen ni idea de fútbol se han parado estos días ante un televisor para vernos. Es impresionante”.
Indudablemente, el paso del equipo por esta Copa Mundial ha contribuido enormemente a dar más visibilidad al fútbol femenino en Uruguay,
que es amateur y apenas tiene tradición. Pero la profesora Rebollo va
más allá. “Hay que mirar al futuro. Estas chicas serán nuestra próxima
generación sub-20 y mayor. Dentro de dos años Uruguay será la sede del Sudamericano sub-20, y parte de este equipo será la columna vertebral de ese combinado”, explica.
Y
si hay dos jugadoras que tienen todos los números para estar ahí son
Yamila y Nicole. La primera, aunque aún no ha visto puerta en Azerbaiyán
2012, puede presumir de haber marcado 9 goles en el clasificatorio
sudamericano, mientras que el liderazgo de Nicole en la zaga es
incuestionable.
La capitana, que se inició
en el fútbol junto a su hermana pequeña Augustina, también presente en
este combinado sub-17 a sus 14 años, resaltaba que en los momentos
difíciles, durante y después de los partidos, la unidad del grupo es
clave. “Nos animamos unas a otras. Tras el segundo partido fue difícil
levantarse, pero entre nosotras siempre vamos a estar bien –apunta- Y
cuando estás en la cancha y ves a tus compañeras correr… tú también lo
haces. Aunque estés muriéndote de cansancio. Es como que te contagia”,
afirma.
Y es que si algo no se le puede
achacar al combinado uruguayo es falta de entrega o garra. “Después del
partido ante Ghana, en el vestuario, les dije que fue una derrota con
orgullo. Hay que reconocer que el rival es superior, pero nunca se
rindieron”, añade la seleccionadora. Yamila, por su parte, ya piensa en
Alemania, su siguiente rival: “Hay que darlo todo de nuevo aunque ya no
haya la ilusión de poder seguir adelante”. Y Nicole no se olvida de lo
más importante: “Representar bien a nuestro país… y disfrutar”. Porque
sea cual sea el resultado, estas chicas ya han hecho historia.