(FIFA.com) Jueves 5 de abril de 2012
Nueva Zelanda
demostró a lo grande su superioridad en Oceanía, y estará en el Torneo
Olímpico de Fútbol Femenino Londres 2012. Después de obtener un triunfo
inapelable ante Papúa Nueva Guinea, las neozelandesas confían en
trasladar su buen momento de forma al escenario olímpico.
Las Kiwis se estrenaron en los Juegos Olímpicos hace cuatro
años, con motivo de la edición de Pekín 2008, donde cayeron en la fase
de grupos. A pesar de todo, dieron un primer paso importante, al sumar
un punto frente a Japón, el primero que conseguían en un torneo
mundialista de categoría absoluta. Para viajar a China, Nueva Zelanda
necesitó entonces dos goles en el segundo periodo de su eliminatoria
ante Papúa Nueva Guinea. Esta vez, sin embargo, se impuso por un
contundente 15-0 global. Si nos atenemos a los resultados cosechados en
los últimos años, todo indica que esta disparidad en los marcadores se
explica por el avance registrado, y no por un retroceso de sus
adversarias continentales.
Los aspirantes de Oceanía emprendieron el camino a
Londres el mes pasado, en la capital de Tonga, Nuku’alofa, una típica
localidad polinesia cuyas palmeras y ritmo sosegado no podrían ofrecer
mayor contraste con el destino que pretendían alcanzar, al otro lado del
globo. En este torneo de formato reducido actuaron cuatro naciones:
Papúa Nueva Guinea, Samoa, Tonga y Vanuatu.
Y un rostro ya conocido, Papúa Nueva Guinea, acabó ganándose el derecho a medirse con Nueva Zelanda.
No obstante, también obtuvieron pequeñas victorias las selecciones de
Tonga, que alcanzó la final, y Vanuatu, que ganó su primer partido
internacional. El triunfo de las papúes apenas causó sorpresa, habida
cuenta de su historial en el continente, que incluye dos títulos de los
Juegos del Pacífico.
Dominio indiscutible desde el principio
Nueva Zelanda
disipó enseguida cualquier duda acerca de su desempeño, a diferencia de
lo sucedido cuatro años atrás en Port Moresby, y la eliminatoria quedó
virtualmente sentenciada cuando se llegó al descanso del partido de ida,
el pasado sábado. Las neozelandesas, sin duda favorecidas por el hecho
de jugar en casa —aunque era la primera vez que actuaban en Whangarei—,
se situaron con una ventaja de cuatro goles en el primer tiempo. Dos
atacantes, la imponente Amber Hearn y la prometedora Rosie White, contribuyeron con sendos dobletes a un tanteo final de 8-0.
En el duelo de vuelta, jugado el miércoles, Nueva Zelanda
mantuvo la concentración, a pesar del agobiante calor vespertino que
hacía en Port Moresby. De nuevo, la contienda tuvo un dominador claro, y
las visitantes ganaron 0-7, con hasta seis goleadoras distintas. Sarah Gregorius
firmó un doblete. “En un entorno difícil, las muchachas se esforzaron
hasta el final”, declaró el seleccionador neozelandés, Tony Readings.
“No creo que pudiera pedírsele más al plantel en los dos partidos. Las
jugadoras siempre van a por más, y quieren mejorar a cada partido”.
El abismo que separa a ambos equipos es evidente, sobre todo en
comparación con cuatro años antes, y Readings, que dirige al equipo
desde la marcha de John Herdman, quien ahora entrena a Canadá, considera
que la presencia de numerosas integrantes del combinado nacional en
ligas extranjeras ha tenido un peso significativo en los progresos
realizados. En 2010, tan solo había dos jugadoras en el extranjero,
mientras que ahora casi todas compiten en países como Alemania, Suecia y
Estados Unidos.
Su próximo reto consiste en mejorar la sólida actuación de la Copa
Mundial Femenina de la FIFA 2011™ y traducirla en buenos resultados en
Londres 2012. “Sabemos que, desde el principio del año, hemos hecho todo
lo que hemos podido”, afirmó Readings. “Fuimos a Estados Unidos y
jugamos dos partidos fantásticos contra el número uno del mundo, pasamos
por la Copa de Chipre sin conocer la derrota, y luego hicimos todo lo
que se nos exigía en estos dos encuentros. Estamos muy contentos con
nuestro rendimiento, sin duda hemos demostrado que vamos a ser un equipo
más que competitivo en las Londres”.