Este año tendrá lugar la sexta edición de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™. En ella, las mejores jugadoras del momento tendrán la oportunidad de dejar patente la evolución de esta categoría en cuanto a técnica, táctica y despliegue físico. Pero los entendidos en medicina confían en que también sirva para frenar el número creciente de lesiones entre las jugadoras de élite.
Desde 1998, el Centro de Evaluación e Investigación Médica de la FIFA (F-MARC) recopila información a través de los médicos de las diferentes selecciones femeninas participantes en los torneos de la FIFA. Al final de cada partido, los médicos presentan un informe de lesiones en el que no solo especifican el tipo de lesión sufrida, sino también la forma en que se produjo (p. ej. si hubo contacto).
Con la información recopilada a partir de dichos informes se ha conformado un corpus nada desdeñable de estadísticas sobre lesiones de al menos trece competiciones internacionales femeninas de élite: tres Copas Mundiales Femeninas de la FIFA, torneos olímpicos de fútbol femenino y siete campeonatos juveniles.
Los datos en su conjunto muestran que la media de lesiones por partido en el balompié femenino sigue estando ligeramente por debajo que la de su homólogo masculino: 2.3 en las féminas frente a las 2.5 en los hombres. Pero a diferencia de la versión masculina, donde el número de lesiones ha ido disminuyendo progresivamente en los últimos años, la evolución de las lesiones en el fútbol femenino ha sido la contraria.
En todos los torneos de la FIFA, la tendencia en la incidencia de lesiones ha sido claramente alcista, tanto en el número total de lesiones como en el de las que causan baja, consideradas estas como la ausencia de una jugadora al menos en el siguiente partido o entrenamiento.
Cabe mencionar en este punto que, en cualquier caso, las lesiones que se producen jugando al fútbol no suelen entrañar gravedad, aseveración avalada por los datos recopilados por el F-MARC.
En dos de cada tres lesiones que se sufren, las jugadoras pueden continuar jugando tras el lance. Incluso en el tercio restante, las lesiones que causan baja, las estadísticas de los torneos internacionales muestran que en su gran mayoría son lesiones de carácter leve, lesiones que presentan una baja de una semana o menos.
Concretamente, en la Copa Mundial Femenina de la FIFA, la media de lesiones por partido se ha ido incrementando de manera ininterrumpida durante las tres últimas ediciones. Comenzó con 1.3 en 1999, pasó a 1.7 en 2003 y llegó a las 2.3 en China hace cuatro años.
Por su parte, en el Mundial masculino se ha experimentado un descenso paulatino, pasando de las 2.7 lesiones por partido en 2002 a 2.3 en 2006 hasta bajar de la barrera simbólica de las dos lesiones por encuentro, cifra que se alcanzó en la Copa Mundial de la FIFA 2010, con 1.9.
A mejor condición, ¿más lesiones?
Es evidente que la mencionada mejora de la condición física, de la velocidad y del poderío físico de las principales jugadoras ha podido tener alguna relación con el aumento de las lesiones, pero los expertos en medicina de la FIFA apuntan que está por demostrar la existencia de una relación entre ambos aspectos y que, además, sería una conclusión un tanto simplista, especialmente si se confronta con los datos de los futbolistas de máximo nivel.
El Dr. Jiri Dvorak, Médico en jefe de la FIFA, lo expone del siguiente modo: “La velocidad y el dinamismo son cada vez mayores y podría llegarse a esta conclusión, pero no lo explican del todo.
En las lesiones intervienen multitud de factores, y hay que considerarlos todos”.
Por esta razón, el F-MARC no solo se ha concentrado en la frecuencia, sino en todos los aspectos de una lesión. El objetivo que se persigue al identificar la naturaleza de las lesiones más habituales y observar cómo se producen es crear un conjunto de pruebas médicas que permitan reducir el número de lesiones en el futuro.
A la hora de determinar la parte del cuerpo que más lesiones sufre entre las futbolistas durante un torneo internacional, dos tercios de los daños se producen en las piernas, en particular en los tobillos, las rodillas y los muslos.
La cabeza ocupa el segundo puesto de la lista. Estos resultados son similares a los obtenidos entre los hombres. No obstante, hay una diferencia en cuanto al tipo de lesión: entre las mujeres se suelen dar más contusiones y lesiones de los ligamentos rotulianos que entre los hombres.
Concretamente, las lesiones del ligamento cruzado anterior se producen diez veces más entre las mujeres que entre los hombres, mientras que los esguinces de tobillo son el tipo de lesión que más se diagnostica a las futbolistas.
Tan importante como determinar el tipo de lesiones es conocer la manera en la que se producen, con el fin evidente de evitar que vuelvan a suceder. Según los informes de los médicos, la mayoría de las lesiones (cerca de un 80 %) producidas en los torneos femeninos de la FIFA son resultado de una entrada o de otras formas de contacto, y solo el 20 % de las lesiones se producen sin contacto alguno.
Hay que atender a la jugadora
Si bien las lesiones con contacto representan el grueso del total de lesiones, los médicos de la FIFA confían en que jugadoras, entrenadores y árbitras fomenten la deportividad y colaboren para erradicar de los campos de fútbol aquellas entradas especialmente peligrosas, como los codazos o las entradas con los dos pies por delante tanto frontales como laterales (ver.
“Cuatro reglas de oro para evitar lesiones”).
No obstante, el equipo también puede desempeñar un papel primordial para reducir el número de lesiones antes de que empiece un partido con la aplicación de programas de calentamiento específicos para el fútbol, que se han mostrado realmente eficaces a la hora de reducir el riesgo de lesión sin contacto.
Afortunadamente, en la actualidad no solo los médicos defienden esta opción, ya que entrenadores y jugadoras son cada vez más conscientes de que la correcta ejecución de los programas de prevención de lesiones contribuye no solo a mejorar la condición física general del equipo sino que cada una de sus integrantes esté en buena forma durante más tiempo, lo que le permite estar disponible durante toda una temporada o un torneo.
En palabras de Hope Powell, directora técnica de la selección femenina inglesa, “cada vez se ven más lesiones en el fútbol femenino, por lo que es crucial saber cuáles son las exigencias físicas del fútbol. Las jugadoras podrían reducir el riesgo de lesiones si incluyeran en sus programas de mantenimiento ejercicios que potenciaran la fuerza, el equilibrio, la agilidad y la estabilidad, y que fueran parte integrante de su rutina de entrenamiento”.
El programa de la FIFA “11+” se ha concebido exactamente para este fin. Diseñado como un “calentamiento completo para evitar lesiones”, el programa ya ha dado resultados notables.
En una prueba en la que participaron unas 2,000 jugadoras juveniles, se constató que aquellas que ejecutaron los “11+” al menos dos veces por semana sufrieron un 30-50 % menos de lesiones que las que calentaron siguiendo los métodos convencionales.
Uno de los aspectos en el que los “11+” pueden tener un efecto extraordinario a largo plazo es a la hora de reducir el número de lesiones del ligamento cruzado anterior entre las futbolistas.
La rotura total de este ligamento tiene como consecuencia bajas de más de seis meses y puede acarrear problemas posteriores, como artritis ósea prematura. No obstante, el 70 % de las roturas de ligamento se producen sin contacto físico; suelen ser el resultado de un mal movimiento propio del fútbol, como cuando se frena en seco, se cambia bruscamente de dirección o, tras saltar, se cae con la cadera y la rodilla extendidas. Con los “11+”, las jugadoras aprenden a ejecutar correctamente todos esos movimientos, lo que reduce el riesgo a lesionarse.
Pero hay que volver a remarcar que para disminuir de forma drástica las lesiones, médicos, jugadoras, entrenadores y árbitras han de trabajar codo con codo para minimizar la contingencia de lesiones, ya sea con con contacto o sin él.
El Dr. Michel D’Hooghe, jefe de la Comisión de Medicina Deportiva de la FIFA y miembro del Comité Ejecutivo, es categórico: “Sean cuales fueren las razones que han llevado a un incremento de las lesiones entre las futbolistas, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para revertir esta tendencia. Nuestro objetivo es que las mujeres disfruten del fútbol, no que sufran la peor parte. Gracias a las investigaciones del F-MARC, ya les podemos ofrecer los medios para protegerse”.
Los expertos en medicina de la FIFA defienden al respecto un enfoque aglutinador y multidimensional. El fin último es que el Mundial femenino se convierta en el punto de inflexión de la tendencia, para frenar así la creciente incidencia de las lesiones en el fútbol femenino.
FUENTE : www.fifa.com