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miércoles, 6 de marzo de 2013

LILO, LA MOTIVADORA DEL SANT GABRIEL

David Menayo
Cortesía : marca.com
Marta Liria valdría como ejemplo de lo que antaño se denominaba como JASP (Jóven Aunque Sobradamente Preparada). La tarraconense es una pieza importante en la maquinaria del Sant Gabriel, equipo que lucha por alcanzar el objetivo de clasificarse para la Copa de la Reina, sino que disfruta de la pasión de ayudar a los más pequeños. Ilusión, motivación y trabajo como cóctel perfecto.

Marta Liria (Tarragona, 1990) comenzó a jugar al fútbol a los cinco años compartiendo campo con los chicos. A los 18 años debutó en Primera División con el Barcelona, club en el que militó tres temporadas antes de pasar por el Nástic de Tarragona y fichar el pasado verano por el Sant Gabriel. "De cada etapa se aprende y guardo buenos recuerdos", destaca Lilo, como se la conoce en el ámbito futbolístico. "El apodo me lo pusieron cuando tenía 14 años. En Catalunya tenemos una tarjeta sanitaria en la que viene una numeración y cuatro letras que corresponden a las primeras sílabas de tus apellidos. Un día se me ocurrió sacarla antes de un torneo y a mis compañeras les hizo gracias: Li (Liria) - Lo (López). Como había otras dos Martas en el equipo, me empezaron a llamar así y hasta hoy. ¡Marta sólo me llama mi familia!", explica.
Lilo se define como "una jugadora polivalente". No obstante, ha jugado como extrema en cualquiera de las dos bandas o de punta. Hasta la fecha lleva sólo dos dianas, goles marcados en las últimas tres jornadas. "Estoy acostumbrada a marcar más porque siempre he jugado en posiciones adelantadas, pero este año se me estaban resistiendo. Ahora que he cogido la racha, espero que dure mucho tiempo", destaca. La tarraconense, como el Sant Gabriel, ha ido de menos a más en esta campaña. "Nos costó adaptarnos al nuevo entrenador (Takaisha Siraishi) y al nuevo sistema de juego, pero cuando hemos encontrado el equilibrio los resultados están llegando. Ahora estamos con un pie metidas en la Copa de la Reina, que era y es el objetivo, aunque sabemos que no podemos confiarnos y disputaremos las siete jornadas que quedan como si fueran siete finales", asevera. Soñando con los ojos abiertos, Lilo defiende que "si seguimos en esta sintonía de juego podemos dar de qué hablar en la Copa, aunque postularnos como sorpresa o revelación son palabras mayores. Primero vamos a clasificarnos y luego ya veremos", matiza. "Al entrenador le gusta que saquemos jugado el balón, que toquemos y defendamos muy bien. Es el estilo del Barça salvando las distancias", explica.
Marta confiesa que tiene dos ejemplos de los que aprender: Leo Messi y Sonia Bermúdez. Del primero destaca "su capacidad para definir dentro del área" y de la segunda "una futbolista a la que me encanta ver jugar y a la que admiro porque me parece muy completa". Internacional con la selección Sub'19 que jugó la ronda final del Europeo de 2008 en Francia, a Lilo le encantaría volver a vestir La Roja algún día. "Nunca he dejado de trabajar para poder hacerlo y el esfuerzo del día a día es mi tarjeta de visita. A todo el mundo le gustaría jugar en esa selección y ojalá que algún día pueda hacerlo", sueña en voz alta. De momento mantiene los pies en el suelo. Vive, juega y aporta su granito de arena en el Sant Gabriel.

En los pocos ratos libres que tiene le gusta pasar tiempo con su familia, su gran apoyo. El fútbol ocupa gran parte de su vida. Como le pasa a muchas de sus homólogas, le toca compaginar el ejercicio de su profesión con los estudios -está a punto de terminar INEF en la Universidad de Barcelona- y el trabajo de readaptadora y rehabiladora con las niñas del club. "Es mi segunda pasión. Mis compañeras me llaman La motivadora porque siempre estoy pendiente de recuperar a las niños. Mi función consiste en que las jugadoras que se lesionan cojan la forma física y el ritmo de competición lo antes posible. Me encantan los peques y disfruto mucho del trabajo con ello", comenta. A pesar de su juventud, se muestra como una mujer madura y realista con la situación que vive el fútbol femenino en nuestro país. "Sé que vivir de esto es muy difícil. Aunque no pueda ganarme la vida con ello, es importante para mí tener un mínimo de profesionalidad. Cobrar un sueldo y que me paguen el alquiler del pis y la carrera es una ayuda que agradezco", sentencia. ¿Profesionales? "En la medida de los posible, pero trabajamos para avanzar poco a poco en este aspecto", finiquita.