Decir que una centro delantera de 16 años parece una veterana del área es cuanto menos contradictorio. Sin embargo, el elogio le cabe perfectamente a la venezolana Deyna Castellanos.
La muchacha de sonrisa contagiosa se hizo conocida internacionalmente en 2014, temporada en la que se consagró co-goleadora de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA de Costa Rica, primero, y luego máxima artillera del Torneo Olímpico Juvenil de Fútbol Femenino de Nankín.
De hecho, esa misma Dyena que reconoció dos años atrás a FIFA.com haberse acercado al fútbol a través de su hermano, decía tras el Mundial en Costa Rica: "Quiero más". Y había creerla...
Porque hoy Castellanos sigue quemando redes
 con naturalidad. Prueba de ellos son los siete goles que acumula tras la primera ronda del Torneo Sudamericano Sub-17 que disputa en su Venezuela, evento que pone en juego tres boletos a la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA Jordania 2016.
"En 2014 era una niña que quería ser la mejor, pero ahora tengo mayor madurez. Y esa madurez me hace pensar que es mi equipo el que debe ser el mejor. Yo tengo que contribuir para que suceda", dice Castellanos a FIFA.com, horas antes de enfrentar a Colombia en el inicio de la instancia decisiva.
Mujer de palabra
Otra vez, su palabra tiene valor. Pues si bien marcha segunda en la tabla de goleadoras, uno por detrás de la paraguaya Jessica Martínez, otra veterana de Costa Rica, Castellanos anotó en cada una de las cuatro victorias que lleva Venezuela, y le permiten encarar el cuadrangular final como ganadora del Grupo A con puntaje perfecto.
El nivel de su selección no sorprende a la capitana Castellanos. "No voy a mentir, esperábamos tener un buen rendimiento, y por qué no terminar invictas la primera ronda. Venimos juntas desde hace mucho tiempo y trabajamos con este fin, el de ganar siempre", confiesa sin eufemismos.
¿A qué se refiere? A que el núcleo del equipo está compuesto las chicas que hicieron historia al clasificar a Venezuela a su primera su primera fase final femenina de una competición la FIFA, aquella de Costa Rica. Allí fueron la sorpresa al alcanzar las semifinales y terminar cuartas.
Como meses después terminaron subcampeonas en Nankín, ahora partieron como firmes aspirantes a reservar una plaza en Jordania, pero también a refrendar el título que lograron en el Sudamericano Sub-17 de 2013. Y hasta aquí han estado a la altura de las expectativas.
"Es un honor que tengan ese concepto de nosotras, pero debemos manejar la responsabilidad de que se haga realidad. El principal objetivo es clasificarnos al Mundial". Para eso Venezuela deberá terminar entre las tres primeras, en un cuadrangular final donde se medirá con Paraguay -a la que ya venció 3-1-, Brasil y Colombia.
Pies sobre la tierra
Otro dato que invita a soñar a Castellanos es haber absorbido a la perfección hasta aquí la presión de rendir en casa. "Nos sentimos en una zona de confort. Utilizamos al público a nuestro favor y nos contenta que familiares y amigos nos puedan ver en vivo", aclara la número 9, quien todavía milita en la Escuela de Fútbol Juan Arango de la Liga Nacional de Fútbol Femenino de Venezuela.
Eso no significa desentenderse del contexto. "Estamos al tanto de que somos como la 'sensación del momento'. Pero aprendimos a blindarnos un poco de este tipo de información, ya que no dejamos de ser adolescentes y puede afectarnos. Hasta ahora lo manejamos bien".
En una época de cambios, Castellanos asume los suyos sin complejos. "Lo que más ha cambiado desde 2014, en lo que me siento distinta, es que a veces me reconocen públicamente. Pero en el resto sigo siendo la misma chica alegre, coqueta, y sociable. Sí, me importa desarrollar la capacidad de aprender de mis errores y no repetirlos. Todos los días crezco como persona".
¿Hasta dónde llevará tanta madurez a Castellanos y a la generación de jugadoras que lidera? "El fútbol se vive del presente, del ahora y del aquí. Y nuestro objetivo es estar en Jordania". ¿Qué sucederá si fracasan? "Aquí no existe ese pensamiento. Así que no sé qué pueda pasar si fallamos".